31/12/08

FELIZ AÑO NUEVO PARA TODOS

Mi deseo en este nuevo año es que todos nos hagamos tan buenitos como Wall. E

26/12/08

Esperando la Navidad con la tía Carmen


Mamá  - Che!! Baja el volumen!

Luz:       Bueno Mà! No grites que no soy sorda!

Mamá:  Deja de joder en la cumpu y anda a poner la mesa.

Luz:       Huuu!! ¿Por qué yo?

Mamá:   Porque no estas haciendo nada!

Luz:        Hoo!! Estoy bajando musica! ... es  la última vez que llego temprano.

Mamá :   Luz!!

Luz:         ¿Quéeeeeeeeeee ?!

Mamá:     Anda a abrirle la puerta a la tía Carmen que ya llego!

Luz:          Hooo!! Estoy poniendo la mesa.

Mamá:      Anda ayudarla, que vino sola en un remis! Y baja el volumen de eso! 

Luz:           Ya! Ya! ya abro!! 

Tía Carmen: Hola mi gordita querida ¿como estas? mua! mua!

Luz:          Bien, bien tía. En la cocina esta mi mamá.

Tía Carmen:  Decime nena ¿estas de novia?

Luz:  No tía, no estoy de novia.

Tía Carmen:  Hay querida, vas a quedar como la Dorita. ¿Sabes como quedo la Dorita? 

Luz:  ¿soltera?

Tía Carmen: No! SOLTERONAAA!! ¿Así queres quedar vos?


Luz: ¿que?

Tia Carmen: Hay mijita, ¿sabes todas las solteronas que hay en esta familia? y todas alcoholivas ¿vos ya sos alcoholica? Mmm..., ¿Sabes que noto en vos? Estas un poquito mas fuerte (mas fuerte = mas gorda), hay chiquita, tenes que aprender de tu prima clarita se esta por casar con un Ingeniero, tu prima es el orgullo de esta familia.

Luz - ¿yo no?

Tía Carmen - ¿Seguís estudiando?  

Luz - Si, en eso estoy.

Tía Carmen - Hay Lucecita, esa carrera rara que elegiste. Tenes que hacer como tú prima Paula que este año se recibe de abogada. ¿No te gustaría ser abogada? Podrían poner un estudio juntas.

Luz - Pero yo estudio comunicación.

Tía Carmen - Bueno querida, no importa vos podes ser feliz igual. Lo que si esta noche te tenes que cuidar con la comida porque sino vas terminar como tu prima Lucia ¿Sabes como termino tu prima Lucia?

Luz: ¿como?  

Tia Carmen: Gordaaaaaa!!!!

Luz: Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!



1/12/08

Robertito y Yo

Robertito siempre fue el ideólogo y yo su fiel asistente, éramos Don Quijote y Sancho Panza. Lo que él me decía yo hacia, lo que yo le decía él no hacia. Con un cajón de manzana y una patineta fabricamos el carro más veloz de la Geronimo Helguera, con palos de escoba hicimos espadas para enfrenta monstruos y caballeros malvados. Él soñó con tener una “bici voladora”, con ser una “Tortuga Ninja” y con encontrar dinosaurios en el fondo de la casa, Yo soñaba con algo parecido, pero no como él, él soñaba mejor que yo. Al llegar el verano todo se ponía mejor, pasábamos siestas enteras en la pile, tardes andando en bici y a la noche veíamos películas hasta dormirnos. Mientras la infancia le iba dejando paso a la primera adolescencia, me fue dejando a mí también en el camino, ya no le gustaba jugar conmigo, su hermana menor. Ahora jugaba con los chicos del barrio. – Ándate!- me grito - no te das cuenta que no queremos estar con vos?. Esto fue el final de nuestra amistad, él Quijote había abandonado a su fiel Sancho Panza. Con el tiempo comencé a aceptar que él tenía que estar con sus amigos y yo con los míos. Nuestros caminos fueron cambiando al igual que nuestros gustos. Pasaron los años y nos hicimos dos desconocidos que vivían bajo el mismo techo. Robertito ya no era el mismo, Robertito se había olvidado de mi, Robertito ya no me quería. El día que me fui de casa no me despedí de él, creía que no le iba a importar, que no se iba a dar cuenta de mi ausencia. Y así fueron pasando los meses, hasta que una tarde de domingo lo encontré sentado en la galería de nuestra casa, me senté a la par suya y abrí el diario. - Te acordas?- me dijo - Que cosa?- conteste - Cuando hicimos un pozo en aquel lugar buscando un tesoro, y cuando en esta galería armábamos barcos piratas con sillas y mesas. ¿Viste? Mamá hizo sacar el aro de basket que teníamos allá, jajaj siempre te hacia la guita. De repente él se paro y comenzó a caminar por el patio. - Vení! Mira lo que hay aquí - me dijo señalando la pared. En una esquina en el fondo del patio, detrás de una planta, estaba escondida nuestra infancia. Las manos de Robertito y las mías estaban marcadas en la pared, las huellas habían quedado del día en que pintamos la patineta de multicolor. El tiempo nos fue dando y quitando cosas, pero no pudo robarnos las imágenes de la niñez, donde Don Quijote y Sancho Panza jugaban a que el mundo les pertenecía.