30/1/09

No gracias, no soy yo.

Siempre fui colgada, y creo que moriré colgada. Si no, lean lo siguiente:
En el verano de 2006 con un grupo de amigas alquilamos un depto en la costa. En una de las tantas noches que salimos a bailar entramos a un boliche que tenía una súper pista de electrónica, estaba súper bueno el lugar, muchas botellitas de agua tiradas por todas partes denotaban que los chicos que bailaban ahí tan eufóricamente, no lo hacían sólo por su enérgica juventud. La energía era contagiosa al igual que los pasos. Pasadas las cuatro de la mañana, el lugar estaba que ardía, el lugar explotaba, así que yo, como no podía ser de otra forma, decidí subirme a un parlante y comenzar a bailar. No me importaba nada, después de todo nadie me conocía y a nadie le importaba. Pero de repente el milagro sucedió, todos se dieron vuelta hacia mi, me comenzaron a observar, las mujeres se fueron quedando atrás de la pista mientras los hombres se me abalanzaban sobre mi, yo pensaba que mi gran cuerpo seductor y mi baile súper erótico estaba dando fruto al fin, así que me puse todas las pilas y comencé a bailar más y más, los hombre sacaron sus celulares y comenzaron a sacarme fotos cuando de repente… ¡Pum! Se rompió la burbuja imaginada, me di vuelta y tenía dos enormes culos bailando a la altura de mi cabeza, eran las chicas Speed, y yo como boluda tapando. No se en qué momento alguien me ayudó a bajarme del parlante, mientras los tipos me gritaban cosas como: - Bájate!! Que estás tapando!! Dejá ver!! Correte!! etc. Desde atrás de la pista miré al escenario donde yo había estado y me dije a mi misma: “Luz, esos dos culos no son más que vos” jejeje.

2/1/09

Mi primera borrachera

Yo tenía 16 años y no sabía nada de la vida, exceptuando las enseñanzas que la TV de esos días me había dado.Por entonces, las salidas entre amigos eran escasas, solo algunas reuniones en las casas o juntadas hasta tarde en la esquina del barrio. Yo no tenía muchos amigos, salvo algunas amistades poco confiables que mi madre las catalogaba como “malas amistades”. Años después haciendo un análisis de aquellas amistades me planteé la duda si ellos habían sido las “malas amistades” o más bien yo había sido la “mala amistad”.Era diciembre de 2001, había quilombo económico y político en todo el país pero mi cabeza de adolescente bloqueaba todo problema de esas características. Por esos días yo cumplía años y mi hermano había terminado el secundario. Robertito, o sea, mi hermano mayor, le planteó la idea a mis viejos de hacer una fiesta en casa en conmemoración de mi cumpleaños y de su recibida, mis viejos en un principio dijeron que no, pero luego con la persistencia de Tito y la ayuda de mis lagrimas dijeron que sí.Mi hermano y sus amigos se encargaron de la organización del evento para ello compraron unos cajones de cerveza y unas cajas de vino que entreveraron con Fanta y volcaron en un dispenser de agua, las luces y la música fueron cortesía de Juanchi el vecino fiestero que teníamos. Yo de lo único que tenía que encargarme era de invitar algunas amigas.Esa noche me vestí con una remerita verde y tantas bisutería que me faltaban las luces de colores para ser un arbolito de Navidad.Cuando bajé las escaleras de mi casa mis viejos le estaban diciendo algo a mi hermano y me hicieron seña para que me acercara a escuchar. “Ya saben, no hagan mucho quilombo que la Coca (vecina de al lado) va a llamar a la policía, nosotros vamos a volver como a las cinco ¿entendido?”. Mi hermano respondió asintiéndoles con la cabeza y yo muy simpáticamente dije: - Bueno, bueno ¿Qué creen que somos tontos?, horas después iba a quedar demostrado que sí éramos tontos.Bien se fueron mis viejos, yo me acerqué al dispenser y saqué el primer vaso de sangría. Como yo tenía 16 años y no sabía nada de la vida, no distinguía la cerveza del champán, el vino fino del vino con Fanta, yo solo hacía lo que hacían los demás.Cuando llegaron mis “malas amistades” yo ya iba por mi segundo vaso de sangría. “¿que mierda hacés?, ¿por qué tomás eso? Andá y tráete unas cervezas – me dijo una de las “malas amistades”. Yo como buena boluda fui y traje un par de cervezas. En el segundo vaso de cerveza, discjockey Juanchi puso un tema de Rodrigo y todos nos pusimos a bailotear.Quiero aclarar que a partir de ese momento mi memoria no es muy nítida, pero lo que sí recuerdo es cuando llegó mi supuesto futuro noviecito JuanMa. Fue en ese momento cuando empecé mi rutina de cuarteto mal bailado y poco sexy. Imagino, porque realmente no lo recuerdo, que fue JuanMa quien me sacó a bailar. Y entre vueltas y vueltas, y Rodrigo y más Rodrigo, se me comenzó a mezclar en el estómago los tallarines del medio día, el café con leche de la merienda, con la sangría y la cerveza de la fiesta.Mi siguiente recuerdo es el de mi cabeza sumergida en el inodoro de mi casa y a el que supuestamente iba a ser mi noviecito, digo “iba a ser” porque nunca fue, parado junto a mí. Mi hermano me gritaba desde la puerta algo como – Boluda! ¿Que mierda tomaste?Mi próximo recuerdo son mis viejos puteándonos a mi hermano y a mí.Pero bueno yo tenía 16 años y no sabía nada de la vida, ahora tengo 23 años y todavía no se nada de la vida.